Las tardes del Elíseos
Por alguna broma del universo, nos atraían las mismas películas. Era una de las escasas aficiones que teníamos en común: el cine. Porque a Maruja le aterrorizaba sumergirse en el mar y yo hubiera querido nacer pez; a ella le fascinaban los tacones de aguja y yo calzaba deportivas o, en el mejor de los […]