Blog

IMG-20180325-WA0005 (3)

Cuando tu amigo Quique te sacó esta foto tenías treinta y dos años, ¿o habrías cumplido ya los treinta y tres? Hoy cumplirías noventa y cinco, pero esos ojos verdes —lástima de foto en blanco y negro que no permite ver el mar en tus ojos— dejaron de ver la luz hace más de cinco.

El fotógrafo te arrancó esa sonrisa serena que quedó para siempre en mi recuerdo. Cuando cierro los ojos te veo así, joven, de treinta y pocos, sonriendo pero poco, con los labios pintados —lástima de foto en blanco y negro que no permite apreciar el rojo de tus labios— y con bonitos pendientes colgando de tus orejas.

Lo que no veo, cuando cierro los ojos, es ese abrazo de la foto, como queriendo retenerme, como intuyendo que me iría lejos en cuanto me soltaras.

Pero no me fui, a pesar de tu miedo.

Esta mañana he colgado esta foto en la pared de mi estudio. No sabía por qué, después de muchos meses olvidada sobre un mueble, la colgaba hoy. Y, de repente, he caído en la cuenta de que hoy, veinticinco de marzo, habrías cumplido noventa y cinco y me estaba acordando de ti, así de joven, con esa sonrisa tuya que encandila a la cámara.

Y yo, todavía ajena a la luz de tus ojos e incapaz de distinguir la sonrisa roja de tus labios, me dedico a mirar al fotógrafo, a Quique, empeñado siempre en robarnos el alma para plasmarla en un papel.

Y que más de sesenta años después, yo la cuelgue en la pared.

Deja una respuesta