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Reseña Pilar Aguarón
Por Pilar Aguarón Ezpeleta
La hija del italiano
Autora Elena Laseca
Imperium Ediciones. ISBN: 978-84-124881-5-9
La familia es una institución muy compleja, a veces excesivamente valorada, que nos viene impuesta, que no la elegimos, y tenemos que cargar y confórmanos con ella y en ocasiones, solo en algunas ocasiones, se convierte en una pesada losa, que nos oprime y más si la historia transcurre en un pueblo no demasiado grande, donde todos se conocen y a pesar de ello, en cada casa, cada familia guarda una historia oculta que hará lo posible para que jamás salga a la luz.
Yo creo que en esto se resume esta magnífica novela, que, por supuesto no os voy a desvelar las tramas que oculta, pero os anuncio que son muchas. Ese es vuestro próximo gran reto, descubrirlas con sorpresa, y a veces con asombro, como me ha pasado a mí.
Hace unos pocos días, Arancha, la editora, nos entregó el libro y vimos por primera vez la bellísima portada, donde aparece una mujer joven, con aspecto bohemio, medio hippie, tocada con un sombrero gris y que carga con una pequeña maleta abultada de color violeta… ¿Qué guarda dentro de esa maleta morada? Quizá simplemente alguna ropa para un viaje o algo más misterioso, el símbolo de una vida.
Elena, mientras contemplaba feliz la portada de su recién estrenada novela, me preguntó:
— ¿Qué crees que hay dentro de la maleta?
Yo le di mi opinión y ella se sorprendió mucho con mi respuesta, porque lo que ella imaginaba era algo completamente distinto.
Esa respuesta me gustó mucho. Porque ahí está la magia de una buena novelista, eso es pura literatura.
La historia transcurre en un pequeño pueblo, o no tan pequeño pueblo aragonés, con una vida aparentemente apacible, serena, dónde la mayor preocupación de sus habitantes es mirar al cielo a ver si por fin llueve y se puede salvar la cosecha. Donde una servicial y atenta solterona regenta una preciosa mercería, en la cual vende de todo: alfileres, hilos, abalorios, cintas, encajes, botonaduras, corchetes, colonia a granel y horquillas para pelo.
Sugiero que no se os pase por alto este pequeño detalle.
Además de la tía, la narradora tiene dos amigas leales y maravillosas que comparten el mismo nombre, una se llama María Pilar y la otra María Columna, a las que llama jocosamente “las marías”. Las tres ex alumnas de un colegio rural de monjas, con lo que eso significa.
Yo, como lectora, según iba leyendo me preguntaba que habría de Elena Laseca en estos episodios, pero dejaremos que el lector lo imagine o especule.
Pero todo lo sosegada y tranquila que transcurría la vida, cambió de repente cuando apareció una visitante joven, provocadora y extraña llamada Asmara. ¿Qué buscaba en este pequeño pueblo aragonés y qué pensaba encontrar entre esas gentes aparentemente tan lejanas a su modo de vivir y de ser?
He de reprimirme para no desvelar las muchas tramas que esconde la novela, solo voy a atreverme a contaros que hay amor, desamor, drama, drogas, sexo, tragedias, arrepentimientos y un viejo caserón, casi fantasmagórico, con muchos secretos y abundantes sorpresas.
Leedla, disfrutadla, vosotros tenéis ya la última palabra…
Pilar Aguarón Ezpeleta

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