¿Quién pondrá fin a mi diario?
Mi vecina María Antonia, viuda desde hacía cuarenta años, sin hijos, con un solo sobrino viviendo en América, me preguntaba a menudo si alguien le lloraría en su entierro. —Sí, mujer, cómo no —respondía yo para no herirla—. Hay mucha gente que te quiere. María Antonia falleció el mes pasado. Justo ayer hizo un mes […]