Cada octubre, el Día de las Escritoras nos invita a detenernos un instante para celebrar la palabra escrita en femenino: la que nombra, la que repara, la que recuerda y la que imagina otros mundos posibles.

El acto de este año, fruto de la colaboración entre el Patronato Municipal de Educación y Bibliotecas de Zaragoza y la Asociación Aragonesa de Escritoras y Escritores, se celebró el pasado 27 de octubre en la Biblioteca Manuel Alvar. Estuvo coordinado por Mar Blanco y Elena Laseca, y reunió a escritoras y escritores en torno a una misma emoción: la gratitud hacia todas las que, con su voz y su escritura, abrieron camino.

Bajo el lema “Sin ellas, con su palabra”, la jornada rindió homenaje a grandes autoras contemporáneas como Almudena Grandes, Carmen Martín Gaite, Ana María Navales, Rosa Regás, Carmen Laforet, Ana María Matute, Olga Orozco, Claribel Alegría, Elvira Daudet, Ana María Moix, Francisca Aguirre y Louise Glück.

Sus textos fueron leídos por los miembros de la Asociación Olga Hernández, Juan Luis Erizo, Carmen Aliaga, María Otal, María Pilar Callizo, Amparo Sanz, Mar Blanco, Raquel Diago, Begoña Garrido y Elena Laseca, en un ejercicio de memoria y reconocimiento hacia quienes, con su palabra, transformaron la literatura y nuestra manera de mirar el mundo.

El acto contó también con la intervención de Albano Hernández, coordinador de las Bibliotecas Municipales, que leyó un poema de una escritora palestina. Su voz añadió un hilo invisible que unió la palabra de las autoras de aquí con la de tantas mujeres que, en otras geografías, siguen escribiendo para existir, para no ser borradas, para dejar constancia de su mirada sobre el mundo.

Aquella tarde, la lectura se convirtió en un abrazo colectivo. Cada voz fue eco de otra voz, y juntas dibujaron una constelación de presencias que nos recordó que la literatura no muere mientras alguien la lea en voz alta.

Porque escribir —como vivir— es un acto de fe.
Y en días como este, sentimos que esa fe sigue viva, en cada historia, en cada mujer que se atrevió —y se atreve— a escribir aunque no gane, aunque nadie la nombre.