Aún me cuesta encontrar las palabras exactas para describir la montaña rusa de emociones que viví el pasado domingo 23 de febrero durante la presentación de mi novela, Llámame Pingüina. Desde que abrimos las puertas del Hotel Vincci Zaragoza Zentro, sentí una energía mágica. El lugar se llenó de personas maravillosas, con ganas de escuchar historias, de sentir y de acompañarme en esta nueva aventura literaria. ¡Fue un regalo enorme!

Arancha García Cetina, mi editora de IMPERIUM, hizo una introducción que me llegó al alma. Con sensibilidad y  palabras precisas, logró transmitir la esencia de lo que significa esta novela en mi camino como escritora. Su calidez y su apoyo incondicional fueron el mejor comienzo posible.

Luego, Félix Teira, un escritor y maestro de la palabra que admiro profundamente, nos deleitó con una presentación magistral. Su análisis profundo y su forma única de ver las cosas capturaron la esencia de Llámame Pingüina. Nos transportó a todos al Madrid de los 80 y a las playas de Conil, donde Candela e Ian viven su historia. Félix desentrañó con maestría las emociones que se esconden en la novela, resaltando su complejidad humana y su compromiso con la diversidad, la libertad y la autenticidad. Su intervención fue un regalo para mí y para cada persona que estuvo allí.

Y como si todo esto fuera poco, la música nos envolvió con su magia. Ester Vallejo, con su voz única y su sensibilidad a flor de piel, nos regaló momentos inolvidables. Su interpretación de A la fresca y Pájaro herido nos emocionó, pero fue con Mañana cuando la emoción nos desbordó por completo. La calidez de su voz, la profundidad de su interpretación y la conexión con cada nota hicieron que el salón entero se quedara sin aliento. Hubo lágrimas, sonrisas y, sobre todo, mucho sentimiento compartido.

Me siento inmensamente agradecida. A cada persona que vino a acompañarme, que compartió conmigo este momento tan especial. A los lectores que se llevaron Llámame Pingüina a casa, agotando todos los ejemplares disponibles.  A quienes esperaron pacientemente en la firma, regalándome palabras de cariño que guardaré siempre en mi corazón.

Gracias, de corazón, por hacer de esta presentación un día que nunca olvidaré. Siento que este libro ya ha encontrado su lugar en el mundo, y todo es gracias a vosotros. Ahora, nos espera en las librerías.