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La más noble función de un escritor es dar testimonio, como acta notarial y como fiel cronista, del tiempo que le ha tocado vivir.

Camilo José Cela (1916-2002) Escritor español.

La literatura es siempre una expedición a la verdad.

Franz Kafka (1883-1924) Escritor checoslovaco.

La primera de las frases es atribuida a Camilo José Cela y la segunda a Franz Kafka.

Pero a mí siempre me ha parecido que la literatura va más allá de la  realidad o de la  verdad. En un buen libro no sólo se cuentan hechos, sino que se describe el carácter de los personajes y se percibe que todo sucede por algo y que cada uno de los actos o decisiones  tiene unas consecuencias. Y eso obliga a quien lo lee  a reflexionar, a ver la vida con una perspectiva que el mero pasar de nuestra existencia, en la mayoría de las ocasiones, jamás vislumbramos. Por eso es tan importante la literatura, porque un libro siempre es un ejemplo a imitar o a desechar.

Me hizo mucha ilusión que Elena me pidiera presentar su libro.  Sin pensármelo dos veces le dije que sí, porque intuía que, a pesar de que no había leído nada sobre ella, iba a interesarme precisamente porque sabía que me lo pedía como presidenta de un Club de Opinión de Mujeres,  La Sabina, a la que Elena pertenece.

Otro aspecto que me impulsó a decir que sí es que no era sólo escritora sino que, como muchas de las grandes escritoras de la historia, compaginaba su jornada laboral con el oficio de escribir. La diferencia era que mientras que en otros tiempos los quehaceres diarios eran la cocina o las tareas domésticas, Elena tenía un trabajo de gran responsabilidad y de muchas horas.

Comencé la lectura del libro con una gran curiosidad . Y  el libro me enganchó desde el primer momento. Con una prosa ágil, muy cuidada, no solo describe a cada uno de los personajes maravillosamente, poniendo al lector en la mente del mismo con saltos en el tiempo, sino que, sin entrar en muchos detalles, refleja perfectamente la sociedad en la que transcurre la novela. En pocas frases, como si fueran pinceladas de un cuadro, coloca a quien lee en la época de la novela, refleja las costumbres, el ambiente de la ciudad, el momento político, hasta los sabores de la comida…

Me sumergí en su lectura y no paré hasta terminarlo. Al acabar el libro me di cuenta de hasta qué punto Elena tenía la intuición de una buena escritora  y por qué me había elegido para participar en la presentación de su libro. Era como si hubiera adivinado toda mi  experiencia vital. En una sola historia había condensado todas las miles de historias que yo he escuchado durante más de 40 años en mi despacho de abogada de familia sobre la marginación de las mujeres, de cómo mujeres inteligentes, educadas, con patrimonio suficiente como para no depender de nadie han visto cómo sus seres queridos -y ellas mismas- despreciaban esas cualidades  y las condenaban  -y se condenaban- al azar de un matrimonio en el que su única misión era seguir la suerte del marido. Muchos de los que estáis aquí recordareis la frase de que la carrera de una mujer era el matrimonio. Una mujer no  triunfaba por ella, sino por el marido.

Y también he visto cómo esas mismas mujeres se reinventan, y  son capaces de olvidar el fracaso de su vida para sembrar en sus hijos la esperanza, u como se empeñan  en que sus hijas tengan una vida mejor y cómo lo consiguen.

La diferencia entre Elena y yo y la ventaja que tiene sobre mí es que ella con un libro es capaz de reflejar una realidad para que las chicas de hoy, mujeres de mañana,  se den cuenta de que  las mujeres que vivimos en esta época y en este lugar somos unas privilegiadas y para hacerles comprender que tenemos la responsabilidad no solamente de luchar por los Derechos de otras mujeres de otras latitudes, sino que nuestros derechos, tan recientemente conseguidos y tan frágiles todavía, no cambien a peor. Elena está luchando con ese libro como escritora dando un mensaje que ella sabía que yo iba a interpretar inmediatamente y además  como componente del Club de Opinión la Sabina ha querido que participemos designándome a mi como parte de la presentación. Muchas gracias en mi nombre y en el del club por hacernos partícipes de tu libro, que está tan acorde con el ciclo de este año, Nuestros Retos del Siglo XXI.

 

(En portada Gloria Labarta, Presidenta del Club de Opinión La Sabina)

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