La final
Desde que Alisa llegó de Ucrania con el espanto escapándose por los ojos su ilusión era jugar. Jugar a balonmano, correr, sudar, agotarse hasta caer rendida, olvidar el sonido de las bombas, el olor a azufre, el humo negro. Ganamos la semifinal con apuros, por un solo gol. Jugaríamos la final, pero se nos empañó […]