La infancia quemada
El agua de la fuente estaba tan fría que Nuria no tuvo valor para meter el segundo pie. Nada más llegar a la plaza del Santuario —el Santuario de Misericordia donde solían acudir cada verano— se fue directa a la fuente redonda, frente al Caserón. Metió su pie derecho, envuelto en grueso calcetín de perlé […]