Ocho años
Salí del hospital con el corazón encogido. En cuanto mi hermano entró por la puerta de la habitación, huí como alma que lleva el diablo. Porque, si eso no era una huida, se le parecía mucho. Llamé a casa. — ¿Tenemos vino? —No Miré el reloj: las diez menos diez. — ¿Dónde puedo encontrar vino […]