Bajo un cielo abrasador, Pilar Aguarón y yo misma compartimos, el pasado sábado, 17 de junio, una carpa en la I Feria del Libro de Jatiel, una iniciativa más que encomiable impulsada por Cristinica Gómez y Miguel Gardeta junto a la Asociación Cultural Jatiel.
La plaza fue el punto neurálgico donde se desplegaron casi una veintena de carpas en las que nos encontramos editoriales, asociaciones y una treintena de autores aragoneses, en esta primera edición preludio de muchas otras, si el calor lo permite.
Además de las carpas de la plaza, el salón de plenos acogió durante el día charlas y talleres. Por su parte, el interior de la iglesia sirvió, ocasionalmente, de espacio protector de los rayos solares.
Resultó curioso e interesante que un pueblo tan pequeño como éste, situado en la comarca del Bajo Martín, acogiese una feria del libro, pero no menos curioso fue conocer el sobrenombre con el que se conocía en la zona a sus habitantes, «los abogadillos», porque todo el mundo sabía leer y escribir, ya que este pueblo consiguió mantener la alfabetización en tiempos difíciles, tanto para niños como para adultos. Sin duda, motivo más que suficiente motivo para acoger este evento literario.
Durante la jornada hubo cuentacuentos, además de un micro abierto por el que pasamos distintos autores y escritoras a leer pasajes de nuestros libros. Por mi parte leí el relato «Antes muerta que sencilla» de mi último libro ROPA TENDIDA.
Finalmente, tuvimos la oportunidad de reponer fuerzas con una paella para unas 180 personas.