El pasado 22 de abril tuve la ocasión de presentar la «opera prima» literaria de la artista cubana Ludmila Mercerón, excelente pianista y cantante, radicada en nuestra ciudad hace más de treinta años. El acto se llevó a cabo en el Centro Joaquín Roncal.

(Foto tomada del «muro» de Enmanuel Castells)

Su primera obra escrita, «Amor e imprevistos», no se adentra, sin embargo, en su historia musical ni en sus avatares en el mundo de los escenarios. Ludmila ha preferido sumergirse en los avatares del amor, en sus triunfos y en sus imprevistos, y en cómo la vida la ha llevado a alcanzar el grado actual de madurez, no solo artística. El libro se adentra de forma valiente en el mundo de los sentimientos y de las relaciones sirviendo, además, como denuncia al maltrato de género, mostrando cómo la superación, la valentía y la tenacidad la ha llevado a seguir hacia adelante.

Tuve además la fortuna de compartir la presentación con Enmanuel Castells, artista cubano que estoy segura va a dar mucho que hablar en esta ciudad acogedora, Zaragoza. Escritor y fotógrafo, dicen de él que es un gran conocedor del alma cubana, que habita y sobrevive en los márgenes donde ama y padece. Quienes lo conocen se refieren a él como una «rara avis» de la literatura cubana actual. Pronto seremos, también, observadores cercanos de su creatividad y oficio.

Contó además con el apoyo y la maravillosa voz de su hija Ana Cristina.