Dos Habanas. Dos momentos separados por más de cien años. Y, sin embargo, hay una conexión entre uno y otro. Pero no solo el vínculo de la historia que con maestría nos cuenta Leonardo Padura. Las dos Habanas se conectan porque, mientras que la primera (1910) era un burdel, o «la Niza del Caribe», donde se vivía derrochando dinero y pasiones, sin pensar en lo que vendría después (bueno y malo, según se mire); en la segunda (2016) vuelven a perder la memoria, eclipsados por la visita de Obama, los Rolling Stones y el desfile de Chanel.

Con una prosa exquisita y unos diálogos insuperables, Padura, como siempre, nos hace disfrutar del cuento por duro que sea (que casi siempre lo es). Y nos muestra dos fotografías fijas, que comienzan a moverse según te adentras en la historia, de la Cuba «pre Fidel» y de la «post Fidel».

Todo narrado maravillosamente con su estilo Padura a través de su personaje Mario Conde.

Un buen libro para una tarde de verano, a la orilla del mar, soñando con el Caribe.

@ ElenaLaseca